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El posmodernismo como crítica a la modernidad

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Introducción

El posmodernismo es una corriente crítica que surge en la segunda mitad del siglo XX y que cuestiona algunos de los presupuestos fundamentales del proyecto moderno. Es importante entender que no se trata de un conjunto de teorías homogéneas y coherentes, sino más bien de un conjunto de enfoques críticos que han sido reunidos bajo el mismo rótulo.

Los presupuestos del proyecto moderno

La modernidad se caracteriza por su énfasis en la razón, la objetividad, la universalidad y el progreso. Los pensadores modernos creían que la razón humana era capaz de conocer la verdad y que la ciencia y la tecnología podían solucionar los problemas de la humanidad. El proyecto moderno se nutre de un optimismo ilimitado en el poder de la razón para transformar y mejorar al ser humano y su entorno.

La crítica posmoderna al proyecto moderno

El posmodernismo cuestiona muchos de los presupuestos fundamentales del proyecto moderno. En primer lugar, se pone en duda la idea de que la razón humana pueda alcanzar la verdad objetiva. Según los posmodernos, todo conocimiento es contextual, es decir, está influido por el contexto cultural y social en el que se produce y no hay una perspectiva privilegiada desde la cual conocer la verdad objetiva. En segundo lugar, se cuestiona la idea de la universalidad de la razón. Los posmodernos entienden que la razón no es un atributo universal del ser humano, sino una construcción histórica y cultural, lo que significa que cada cultura tiene su propia concepción de la razón y que no hay una forma correcta o universal de raciocinio. En tercer lugar, el posmodernismo critica la idea de que el progreso tecnológico es siempre un desarrollo positivo para la humanidad. Los posmodernos arguyen que la ciencia y la tecnología no pueden solucionar todos los problemas humanos.

El relativismo posmoderno

Un tema central del posmodernismo es el relativismo cultural y lingüístico. Esta corriente crítica señala que todas las culturas son igualmente respetables, y que ninguna cultura tiene una posición morale o epistemológica superior. En este sentido, el posmodernismo se contrapone a la modernidad, que propugnaba la existencia de valores universales y fuertemente universalizables. Por esto, el posmodernismo es frecuentemente acusado de relativismo moral, pero los posmodernistas niegan ser relativistas al identificar ciertos elementos que son universales pero que, por su carácter abstracto, no pueden proporcionar una base para todas las moralidades.

El deconstruccionismo

El deconstruccionismo es una corriente filosófica que surge en los 60, y que se consagra en los 80 como un enfoque crítico de la modernidad, cuya finalidad es identificar los elementos que han sido privilegiados por la cultura. La deconstrucción es un procedimiento mediante el cual se analizan los textos y las comunicaciones destacando las contradicciones y los vacíos. En el ámbito de la literatura, la deconstrucción se aplica a las teorías literarias y a la crítica literaria para cuestionar las categorías y los discursos establecidos que se aplican a las obras literarias. La deconstrucción deconstruye la convención establecida mediante el análisis sistemático de la función connotativa del lenguaje en la que se basa el discurso, exponiendo de este modo las filiaciones que esconden las obras literarias y los discursos culturales.

La escritura posmoderna

La escritura posmoderna se caracteriza por la intertextualidad, la ambigüedad y el rechazo a la idea de una verdad única. La intertextualidad hace referencia a la presencia de múltiples citas y referencias en una misma obra. La ambigüedad es una característica que se entiende como una herramienta de democratización del discurso literario, al no dictar la verdad y otorgarle al lector el derecho a interpretar. Este rechazo a la idea de una verdad única refleja la idea de que las verdades son contingentes. La escritura posmoderna, por tanto, aborda la realidad en tanto que es vista como múltiple que difiere según la perspectiva que la aborda. Esta multiplicidad significativa se cierra en el sujeto, quien busca dar un sentido personal a la realidad.

El fin de las grandes narrativas

El posmodernismo también se ha relacionado con la idea del “fin de las grandes narrativas”. Este enfoque crítico propone que la modernidad produjo “grandes narrativas” explicatorias que buscaban dar cuenta de la realidad a través de explicaciones globales: la historia, la economía, la política, la religión, la moral. Según el enfoque posmoderno, estas narrativas son construcciones sociales y culturales, y no expresiones de verdades objetivas. El posmodernismo critica estas narrativas al afirmar que manipulan la realidad a través de registros homogeneizantes usando la historia para justificar posiciones presentes. Los posmodernos afirman que la modernidad ha impuesto con violencia y manipulación homogeneizaciones tanto culturales como naturales, en expresiones tan extremas como teologías sociales o como la ciencia del pasado.

Conclusión

El posmodernismo surge como una corriente crítica para cuestionar los presupuestos fundamentales del proyecto moderno. Esta corriente propone un enfoque crítico y, a veces, escéptico a la idea de que la razón humana pueda alcanzar la verdad objetiva o de que el progreso tecnológico sea siempre un desarrollo positivo para la humanidad. El posmodernismo también señala la importancia de la cultura y el lenguaje en la construcción de significados y de las narrativas.